fumo en la cama, suspendiendo ideas de finos hilos colgantes de un techo abstracto.
huye el humo de mi boca, ondulante; escapa circular como tantos pensamientos, ideas, planes; abandona mi cuerpo para fundirse en el Caos más absoluto. imagino una atmósfera propia para todas las reflexiones que vuelan libres, para toda intención que jamás llega a materializarse en sonido, escrito, música, teatro: comunicación. una cúpula dorada y podrida; habitada por oscuros deseos, miserables mediocridades, y fantásticas genialidades. la cúpula de los pensamientos liberados.
el cerebro presiona el cráneo en un deseo profundo de escape enajenador, un hambre voraz de aventura a la deriva de etéreos vientos eidéticos. exactamente como el humo, tal vez desee evaporarse a la bóveda de las ideas que descansan al acecho de una mente agente, una esencia fuerte que definitivamente los arranque del platónico mundo para llevarlas a efecto.
voló libre la idea que había de finalizar este relato. lo siento. siempre me pasa lo mismo. ve tú si puedes a buscarla y ya de paso recicla las que por el camino te encuentres. buena suerte.
yo seguiré proyectando las mías en forma de humos variopintos hasta que una, la elegida, aquella para cuya consecuencia nací, se corone allá lejos reina de la contraficción, soberana suprema de todos mis desvaríos.
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