29/1/12

amor cibernético

buceando por la web descargué en Emule amor robado de Tuenti. al descomprimirlo un JPG malévolo golpeó mi avatar hasta noquearlo. desperté en un blog maravilloso (¿o era un mySpace?) que desde entonces sigo con la fidelidad que a mis mejores amigos del Facebook proceso. sin perfil fui Anónimo, ese gran hijo de puta, y me vi sin más ni más librando batallas ajenas en Ogame, escuchando malas playlist en Youtube, definiéndome en emoticonos y convirtiéndome en follower sin razón. el estúpido "hola, soy Spotify" sacudió el polvo de mis ojos, ese polvo traicionero que durante tres días seguidos me perdió en el cibermundo.
y entonces te encontré en aquel foro sobre arte y literatura. fue amor a primer clickeo. yo te dije ";)" y me respondiste con petición de videollamada en Skype. un "¬¬" te hizo percibir mis vergüenzas, pero tú insististe. antes de aceptar visité RedTube, pues me gusta estar tranquilo y despejado en mis primeras citas. y finalmente nos vimos: me vi, te vi, me viste y te viste. miré la webcam buscando reciprocidad en ella, sin embargo jamás se encontraron nuestras miradas. y cuando miré al circulito inerte, sentí que todos los paquetes recibidos eran amor y besitos...
y cuando miras a la webcam, algo en mi Hardware se desfragmenta, haciéndome sentir infinitamente etéreo y puro; acaricio la pantalla en busca de tu piel, pienso en besarla, en descargar alguna nueva aplicación del Google Chrome que me permita hacerte el amor aunque sea vía USB.
esos ojos... daría mi PC junto con el router de Jazztel por esos ojos pixelados que parpadean a trompicones, sin perder entre salto y salto la sincera fiabilidad que pocos dominios todavía mantienen.

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